El día comienza temprano en Paracas con un desayuno que anticipa lo que está por venir. El tour a las Islas Ballestas es una maravilla de la biodiversidad marina. Desde lobos marinos hasta majestuosas aves, cada momento en el bote es una oportunidad para asombrarse con la vida que pulsa en el océano Pacífico.
El viaje por carretera hacia Ica es una oportunidad para absorber los paisajes cambiantes del desierto costero. Llegar a Ica abre las puertas a la tradición vitivinícola de la región. La visita a una bodega de pisco es un deleite para los sentidos, aprendiendo sobre la producción de esta emblemática bebida peruana y degustando sus diferentes variedades.
La tarde se transforma en pura emoción al llegar a Huacachina. La pequeña laguna rodeada de altas dunas de arena es el escenario para la siguiente aventura. El paseo en buggy por las dunas es una montaña rusa de adrenalina, seguido por el sandboarding que permite deslizarte por las suaves laderas. El atardecer pinta el cielo de tonos cálidos mientras te sumerges en la magia del desierto.